Por Ana Herranz

Conseguir una subida salarial no es fácil pero como siempre, si lo preparamos bien nuestras posibilidades de éxito serán mayores. Hay que tener en cuenta dos reglas básicas:

Primero: El derecho a una subida salarial no existe. Es decir porque lleves x años en el puesto no necesariamente adquieres el derecho a una subida salarial. Esa no es una razón. Una subida hay que merecerla.

Segundo: La demostración del mérito corre de tu parte. Es decir, no estés esperando a que tu jefe o la organización vean lo fantástico que eres. En la mayoría de los casos, eres tú el que tiene que preparar la argumentación para una subida.

Teniendo en cuenta estos 2 principios, la siguiente cuestión es CÓMO demostramos que merecemos una subida. Bien, pues las organizaciones toman las decisiones haciendo un cálculo coste-beneficio, es decir aquella inversión (tu salario) que no produzca un beneficio (tu rendimiento), no se realiza. Y por cierto, que tu pases en la oficina 10 horas al día, no es un beneficio en sí mismo, tendrás que demostrar qué beneficio adicional estás generando o sino será que eres un torpe y no eres capaz de hacer el trabajo en 8 horas. O sea que mucho cuidado con usar este argumento sin reflexión previa.

Siéntate con papel y boli (o con un Excel) y piensa en las variables que miden tu trabajo. Por ejemplo, vamos a considerar que estás en un servicio de atención al cliente:

  • Contestar en 48 horas
  • Bajar el ratio de llamadas perdidas
  • Subir la satisfacción del cliente

En una columna pon el objetivo que tenías, en otra tu grado de consecución y en una tercera la diferencia. Todo lo que esté por encima del objetivo establecido es un beneficio adicional que estás aportando a la organización. Incluso si te gustan los cálculos podrías llegar a sacar esa diferencia cuánto dinero supone en valores absolutos.

Este cálculo, más o menos simple, es tu arma de negociación de una subida. Y si no lo tienes puede ser un problema porque tienes que recurrir a argumentos subjetivos que no son fáciles de ser aprobados por las organizaciones.

¿Qué problemas nos podemos encontrar? Pues que hay puestos en que los objetivos son claros y medibles y hay otros que no tienen un sistema de medición. Ten en cuenta que el hecho de que no haya un sistema, no significa que no se pueda medir. Piensa en cuál es la diferencia entre hacer un buen trabajo o uno regular. Por ejemplo eres abogado de empresa:

¿cumples los plazos para entregar la documentación? En qué medida, ¿siempre,  en un 95% de los casos, en un 85%….?

¿has agilizado los procesos para reducir los plazos? ¿En cúanto,  en un día, en 2 días?

¿lo que presentas es de calidad y no tienes que  hacer revisiones posteriores?

¿Cuánto dinero has ahorrado a la empresa por los casos que habéis ganado?

Estas son ideas, no un listado exhaustivo.

Una vez que tenemos el material para demostrar que merecemos una subida salarial, es importante elegir el momento adecuado. Intenta jugar a tu favor, si acabas de terminar un proyecto en el que te han felicitado, aprovecha la ocasión. Si la empresa está en medio de recortes que son públicos y sabidos, igual te conviene esperar un poco. Estaría mal visto que te hicieran una subida. Siempre piensa que tu jefe también tiene que tener argumentos para que se lo aprueben a él.

Y por último, lleva preparada una propuesta de cual consideras que debería ser tu subida. Para que merezca la pena el esfuerzo debería estar entre un 5%-15%. Más de eso, lo puedes intentar pero es difícil sin que tengas un ascenso a un nivel superior.

Y si te cambias de puesto y no tienes un sistema de medición, no pienses, qué bien, nadie va a controlar lo que hago. Pues sí, igual nadie controla lo que haces pero esto es una actitud de los que no quieren superarse. Si te quieres superar intenta que midan tu trabajo porque si no es mucho más difícil argumentar lo bien que lo haces

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