El tiempo es limitado, prioriza tus tareas

Priorizar lo que es más valioso

Una reflexión inaplazable sobre lo que verdaderamente te importa

Por Victoria Gimeno

¿Te has preguntado alguna vez lo que es más valioso para ti?

Realmente yo hago esta pregunta muchas veces a personas que conozco y viven muy estresadas. Siempre sale la misma lista: Trabajo, familia, amigos y la salud.

Cuando les pido que me digan que es lo más importante de esta lista, me suelen cambiar el orden, tardan un rato en reflexionar para concluir, muchos de ellos, en que la salud o la familia es lo más importante.

Después de esta reflexión, les pido que me ordenen estos aspectos en función del tiempo que dedican a cada uno de ellos, y es entonces cuando ellos mismos se quedan muy sorprendidos al ver que la salud es lo más importante, pero es a lo que menos tiempo dedican, por ejemplo.

Pero como los coaches somos muy indagadores, entonces yo les vuelvo a pedir por tercera vez que me ordenen sus prioridades, según la satisfacción que les da cada uno. Y es aquí donde se vuelven a descolocar, porque se pueden encontrar con que lo más importante es a lo que menos tiempo dedican y encima les procura un bajo grado de satisfacción.

Al final, veo que la vida nos arrastra por unos cauces, en los que nos movemos sin ser lo más importante para nosotros y no generándonos ninguna satisfacción. De hecho, a veces estamos en un camino, haciendo un rol y pensando en que tenemos que dedicar el tiempo a otra cosa. Esto puede producir estrés, pero también culpabilidad e insatisfacción.

Me puedes decir después de leer este post, que “la gente no puede elegir”. Pero en cualquier caso, hoy te dejo esta reflexión. Haz tu lista y escríbeme contándome cómo has puntuado tus casillas.

Coaching

Libérate de tus etiquetas

Por Victoria Gimeno

A todos nos ponen etiquetas, en nuestra familia, en el colegio, en la universidad, nuestros grupos de amigos, en el trabajo… Y estas etiquetas que a veces son positivas y nos empoderan y nos ayudan a conseguir nuestros retos, otras veces son un lastre y pesan como una roca.

Te invito a ver mi vídeo:

Coaching

Tolerancia/intolerancia vs aceptación

Por Victoria Gimeno

Hoy voy a hablar de los intolerantes y de los tolerantes, como comportamientos a evitar.

Muchas veces nos enfadamos con los demás porque creemos que no han actuado como debían,   es decir como hubiéramos hecho nosotros. Esta forma de pensar nos sitúa como poseedores de la verdad, nos legitima solo a nosotros, no a los demás.

El intolerante cree que solo él dice lo que hay que decir,  que solo él actúa como hay que actuar, solo él piensa como hay que pensar. Ese ser intransigente que tantas veces nos encontramos en todas partes, que nos mira mal en el metro porque nos hemos sentado a su lado en vez de enfrente, o que ha sonreído a alguien que le ha insultado… ¡Y todo porque exigimos a los demás que actúen como nosotros lo haríamos!tolerancia IMAGEN

Si pensamos que el intolerante nos juzga, también lo hace el tolerante. Este piensa lo mismo que el intolerante pero te “perdona la vida”, es más indulgente. El tolerante dice que es humano ser  y actuar de una manera,  equivocarse, pero que él lo respeta, pero queridos lectores, al igual que el intolerante tampoco legitima al otro.

El tolerante es el que  saluda a su vecino todos los días, aunque este no le contesta nunca y le indulta, pero le juzga como maleducado y le genera una emoción negativa cuando se cruza con él, pero al  día siguiente le vuelve a saludar.

Tanto el intolerante como el tolerante malgastan su energía en mayor o menor medida, pero les falta la aceptación.  Aceptar es no querer cambiar al otro,  respetar sus procesos mentales, estar a su lado, hacerle crecer, no esperar nada de él.  La aceptación nos abre al aprendizaje, nos hace fluir con los demás, nos descubre que hay pensamiento más allá del nuestro, que hay verdad más allá de la nuestra. La aceptación nos abre al mundo, nos da otra perspectiva, nos hace mejores.

Intolerar es no aceptar, tolerar también.

Aceptar es abrir un mundo de oportunidades.  Tienes la llave, ¿no lo vas a intentar?

 

NOTA IMPORTANTE: Este post habla estrictamente de diferencias de términos que se hacen en el coaching ontológico.  Por supuesto existen comportamientos, situaciones y pensamientos, totalmente intolerables e imposibles de aceptar (el insulto, maltrato, asesinato, menoscabo de la confianza, etc, etc….)

Coaching

¡No te atiborres de responsabilidad!

Por Arantza Rios
Especialmente dedicado a aquellas personas que sufren por exceso de responsabilidad. En muchos casos, su excesiva entrega les lleva a soportar además de sus problemas, los de sus amigos, sus compañeros de trabajo, sus familiares, sus colaboradores, sus jefes, etc. He conocido casos de personas con este comportamiento que les ha llevado a una situación de stress, que a su vez ha desencadenado enfermedades importantes. A todos ellos, les sugiero que prueban a compartir sus problemas.

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“¡Qué bueno es tener un jefe!” me comentaba el otro día una persona durante un proceso de coaching y continuó diciéndome: “aquella noche me fui a dormir muy preocupado por la dificultad que suponía una actividad que tenía que hacer al día siguiente. Al levantarme pensé: ¿para qué tengo a mi jefe? , voy a compartir con él mi preocupación. Así que, en cuanto entré en la oficina, lo primero que hice es ir directamente a hablar con él. Después de la conversación con mí jefe, me sentí escuchado, comprendido y con más confianza y nuevas aportaciones para asumir la tarea”.  “Yo solo no hubiese podido”, me comentó este cliente.

Atrévete a compartir tus problemas de trabajo con tu jefe o con tus compañeros. Ábrete a tu familia, a tus amigos, a tus hijos y descubrirás con cualquiera de ellos otras perspectivas, que por tu cuenta, no eres capaz de ver. Esto es como una carrera de fondo: “Si corres solo corres más rápido pero si corres en compañía, llegas más lejos”.

Te sorprenderás de que, en general, a todo el mundo le gustará ayudarte pero para ello, tienes que dejar un hueco. Resérvate un espacio para recibir, no lo absorbas todo tú. De esta manera, compartirás tus preocupaciones, aligerarás tu mochila y verás como el viaje resulta más cómodo y más completo.

 

Coaching

¿La perfección existe? Entonces… ¿para qué la buscas?

Por Arantza Rios

Son muchos los directivos que en sus sesiones de coaching manifiestan ser exigentes y perfeccionista consigo mismo y con sus equipos. Y cuando les pregunto: ¿la perfección existe? la respuesta siempre es no. Entonces ¿Para qué nos empeñamos en seguir buscando la perfección si todos sabemos que no la vamos a encontrar, porque no existe? Este intento de ser perfectos nos hace tremendamente infelices y es frustrante. Pero claro, nosotros insistimos e insistimos, esto es humano, pero como dice Einstein: tonto es aquel que haciendo siempre lo mismo espera resultados diferentes, así que: ¿por qué no probamos a cambiar?


La alternativa a la exigencia es la excelencia. La excelencia consiste en hacer las cosas lo mejor que uno sabe (lo mejor posible), y esto siempre se puede lograr. Por lo tanto, ¿No será esta actitud mucho más sana y recomendable que la exigencia?
Eso sí, en el ámbito de la excelencia el error es el rey. Es importante permitirnos y permitir a los demás cometer errores, porque esta es la única manera de aprender y mejorar, tanto como personas como profesionales y si no, recordad como aprenden los niños: ¡Equivocándose una y otra vez! Como nos decían cuando éramos niños: de los errores se aprende. Y esto mismo sigue siendo válido ahora que somos adultos, ¿no?
Para dar el salto de la exigencia a la excelencia tenemos que salir de nuestra “zona de confort” y arriesgarnos a hacer las cosas de manera diferente. De esta forma, abrimos una puerta a la innovación y además, podremos mejorar nosotros, nuestros trabajos, nuestros equipos, etc. Por ejemplo, a aquellos que os gusta llevar perfectamente preparadas las reuniones, con toda la información recopilada y analizada de antemano, os propongo que probéis a no llevarlo todo preparado, que dejéis algo abierto y experimentéis que pasa. Seguro que lo pasareis mal en la reunión, os sentiréis inseguros, pero veréis que no pasa nada, que la reunión ha salido prácticamente igual y el beneficio para vosotros es que además de ejercitar la improvisación, ese tiempo que habéis ahorrado -hasta conseguir la preparación perfecta de la reunión-, lo podéis dedicar a otra actividad o porque no, a disfrutar con aquello que os da energía y os hace felices, como la familia, los amigos, la lectura, el deporte, el cine, etc.
Además, como habéis podido comprobar en el ejemplo anterior: “el perfeccionismo es un ladrón de vuestro tiempo”. ¿Estás dispuesto a dejarte robar? Si la respuesta es no: ¡Atrévete ya a dejar el perfeccionismo y busca la excelencia!

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