Por Victoria Gimeno
El ser humano tiene como una de sus necesidades básicas, la de pertenencia a un grupo, por ello su identidad se compone de diferentes roles que nosotros vamos a resumir en dos, el que ejerce con sus amigos y familiares en privado y el que ejerce en su trabajo, de carácter más público. La suma de ambos roles conforman el grado de aceptación que cada uno de nosotros cree tener en el grupo.
Por supuesto la identidad nos da sentido a nosotros mismos y nos permite actuar de manera coherente con ella.
Hoy nos vamos a centrar en el rol del trabajo como parte de nuestra identidad. Su importancia es tal que cuando conocemos a alguien y le pedimos que se describa así mismo, probablemente lo primero que nos dice es la empresa en la que trabaja y la posición que tiene en la misma. De hecho cuando su rol de trabajo cambia, también lo hace su identidad.
Esto significa que cuando nos promocionan en el trabajo, automáticamente cambia nuestra identidad y por lo tanto cambia el grado de aceptación que creemos tener en el grupo. Si por el contrario, poniéndonos en el lado inverso, si nos despiden, también cambiaría esta percepción sobre la aceptación que tenemos de nosotros mismos en el grupo.
De hecho cualquier cambio en el trabajo cambiará nuestra autoestima.
Si nuestra identidad es igual al trabajo, cuando lo que más nos importa es el rol que ejercemos como profesional, cuando nos definimos como un trabajo y un puesto, ¿qué pasa cuando este trabajo se viene abajo, cuando nos quedamos en paro? Automáticamente, nuestra identidad cambia y nuestra autoestima se derrumba, sería algo así como “somos lo que hacemos, como ya no lo hacemos, ya no somos nada”.
Esta situación en un primer momento nos puede bloquear y no dejarnos ver la realidad, pero tenemos volver a construir nuestro rol, nuestra identidad. Por eso deja que te de unos consejos:
- Acepta lo que te ha pasado, que en definitiva has cambiado de rol.
- Normaliza esta situación. Habla con tu entorno, te sentirás mejor y avanzarás.
- Aprovecha este momento para conocerte mejor a ti mismo, tus fortalezas, tus áreas de mejora.
- Piensa en tus logros, en todo lo que has sido capaz de conseguir, todo lo que te hace estar orgulloso de ti mismo.
- Busca que quieres hacer. Define tus alternativas y elige una.
- Mira que te falta, que tienes que aprender para alcanzar tu objetivo.
- Ponte manos a la obra.
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