Por Ana Herranz
Si estás buscando nuevas oportunidades laborales, igual esta situación te suena
Lola se ha quedado sin trabajo Tiene 8 años de experiencia en 2 empresas diferentes. Empezó como vendedora y luego pasó al departamento de Marketing. Con el tema de la crisis hubo despidos y se quedó sin trabajo a pesar de haberse dejado la piel. Estaba bien reconocida en la empresa, confía en que encontrara algo bueno pronto.
Quiere seguir desarrollando su carrera en Marketing, y le gustaría una empresa joven y dinámica, nada parecida a la empresa de electrodomésticos local en la que trabajaba.
Lola busca su último curriculum que actualizó hace 4 años, añade un espacio con el último trabajo y las funciones que ha realizado. Listo para enviar.
Repasa su perfil de linkedin, añade un par de proyectos en los que ha trabajado y pide conexión a unos cuentos antiguos compañeros del último trabajo. Pide un par de recomendaciones. Parece que está decente.
Vale, ahora tiene que buscar ofertas. Va a la sección de Trabajo de linkedin y empieza a buscar Oye, no pinta mal, hay un montón de puestos que me gustan. Voy a empezar a apuntarme.
El primer día se apunta a 3 puestos.
Lola se pone una rutina diaria. Cada mañana después de desayunar se sienta delante de su ordenador y revisa si le ha llegado algún mensaje de trabajo, alguna respuesta. Busca nuevos puestos. El segundo día manda 5 curriculums.
Y así día tras día.
Han pasado 15 días y no le han llamado para ninguna entrevista, qué raro, si cumplía con casi todos los requisitos de muchos puestos, sobre todo había 4 que eran clavados a su experiencia. Igual es pronto y me llaman en unos días
Pasa un mes, y sigue sin suceder nada, Lola se empieza a poner nerviosa. Oye igual es que busco algo que por alguna razón no encajo. Aunque no me apetece mucho voy a postular también a puestos de vendedor. Y entonces dobla el número de curriculums que envía cada día. En vez de 5 aplica a 10 y luego sigue aumentando el número, aplicando a puestos que le interesan menos o que no cumple los requisitos, pero por si acaso. Es que me tengo que poner a trabajar, ya me da igual en lo que sea, se me acaba el dinero.
También Lola llama a sus amigos y familiares, oye, si te enteras de algo en tu empresa, cualquier cosa, de secretaria, de lo que sea, me avisas a ver si hay suerte.
Cuando han pasado 3 meses y después de más de 300 curriculums a Lola solo la han llamado para 2 puestos cutres y encima no ha superado las entrevistas, la cosa empieza a ser preocupante. No sabe qué hacer y sobre todo tiene la autoestima por los suelos. Sus amigos y familia le dicen que se le ha agriado el carácter.
Vamos a ver los errores de Lola
- Lo primero que hay que hacer no es actualizar un párrafo en el CV. El CV es una herramienta de marketing, para vender algo a alguien. Es decir que la primera reflexión es en qué soy bueno, (cuál es mi producto) y a quién quiero convencer (quién es mi cliente objetivo). Si eso no lo tienes claro, tu folleto de venta (CV) sirve para poco.
- Por suerte o por desgracia, la tecnología, que ha ayudado a muchas cosas, en contra de lo que pudiera parecer, ha hecho inservible el tradicional canal de búsqueda de trabajo, como son las webs de empleo. El que haya webs, conocidas por todos, como linkedin, donde se publican puestos, ha hecho el proceso tan transparente y accesible, que para el mismo puesto, compiten cientos de candidatos, con lo que la herramienta es inservible para el reclutador. ¿creéis que alguien está 5 días revisando 500 currículos?
Hay que buscar otros canales. ¿Y cuáles son? Pues por un lado hay que buscar oportunidades que no están publicadas, están en el llamado “mercado oculto” y para aquellas que están en abierto, publicadas en algún sitio, buscar a alguien que nos recomiende porque si no, somos uno entre cientos.
Este cambio en el canal de búsqueda tradicional, que ahora tiene poca eficacia, exige adaptar nuestro modelo de gestión profesional:
- Pasamos de una estrategia de volumen (mandar cientos de CVs al mes) a una estrategia focalizada. Generar conexiones y relaciones de confianza con gente en las empresas que nos interesan.
- El vehículo principal de venta deja de ser el CV y pasa a ser el “elevator pitch”. Ya nadie va a ver nuestro CV si previamente no le hemos convencido mediante una conversación, u otra persona nos ha recomendado, de que tiene que ver nuestro CV.
- Por tanto, las 2 herramientas críticas en este nuevo entorno, son nuestro “pitch de venta” , pasamos de comunicación escrita a la comunicación oral, y la capacidad de generar relaciones de confianza o “networking”
- Ya no vale, quiero cualquier trabajo, tienes que definir muy claramente, qué es lo que quieres y por qué eres el mejor, porqué si no ¿qué pitch convincente vas a preparar?
Muchos diréis, pues vaya panorama, es una ardua tarea. Pues no digo que no, pero entonces la clave es tratar de encontrar un objetivo que realmente nos entusiasme y nos motive, porque si es así la ejecución nos va a resultar muy fácil.