Aprender

Aprender siempre es el camino

El coaching es un proceso de aprendizaje y transformación

Por Victoria Gimeno

A lo largo de las páginas de este blog, estamos proponiendo continuamente nuevos aprendizajes, ponemos en duda la formula segura  que hasta hace poco tiempo era la única para buscar trabajo,  otras veces compartimos nuestras propias experiencias para mostrar que todo se puede hacer de otra manera, también, no sé si con éxito, enseñamos que una realidad tiene muchas caras diferentes lo que nos permite mirarla y actuar desde otras perspectivas.

Coaching

¡No te atiborres de responsabilidad!

Por Arantza Rios
Especialmente dedicado a aquellas personas que sufren por exceso de responsabilidad. En muchos casos, su excesiva entrega les lleva a soportar además de sus problemas, los de sus amigos, sus compañeros de trabajo, sus familiares, sus colaboradores, sus jefes, etc. He conocido casos de personas con este comportamiento que les ha llevado a una situación de stress, que a su vez ha desencadenado enfermedades importantes. A todos ellos, les sugiero que prueban a compartir sus problemas.

dibujo20120713-clustering-in-neon

“¡Qué bueno es tener un jefe!” me comentaba el otro día una persona durante un proceso de coaching y continuó diciéndome: “aquella noche me fui a dormir muy preocupado por la dificultad que suponía una actividad que tenía que hacer al día siguiente. Al levantarme pensé: ¿para qué tengo a mi jefe? , voy a compartir con él mi preocupación. Así que, en cuanto entré en la oficina, lo primero que hice es ir directamente a hablar con él. Después de la conversación con mí jefe, me sentí escuchado, comprendido y con más confianza y nuevas aportaciones para asumir la tarea”.  “Yo solo no hubiese podido”, me comentó este cliente.

Atrévete a compartir tus problemas de trabajo con tu jefe o con tus compañeros. Ábrete a tu familia, a tus amigos, a tus hijos y descubrirás con cualquiera de ellos otras perspectivas, que por tu cuenta, no eres capaz de ver. Esto es como una carrera de fondo: “Si corres solo corres más rápido pero si corres en compañía, llegas más lejos”.

Te sorprenderás de que, en general, a todo el mundo le gustará ayudarte pero para ello, tienes que dejar un hueco. Resérvate un espacio para recibir, no lo absorbas todo tú. De esta manera, compartirás tus preocupaciones, aligerarás tu mochila y verás como el viaje resulta más cómodo y más completo.

 

Coaching

Atrévete, no tienes nada que perder

Por Arantza Ríos

A muchas personas nos cuesta mucho pedir aquello que deseamos o necesitamos. Pensamos que los que nos conocen (nuestros jefes, compañeros, amigos, etc.) van a saber qué necesidades tenemos y nos las van a satisfacer porque nos aprecian, pero desafortunadamente esto no funciona así. En muchas ocasiones, no conseguimos lo que necesitamos pero no porque no quieran dárnoslos, sino porque ni siquiera saben que queremos algo.

Atreverse-al-futuro

Las peticiones nos las decimos a nosotros mismos, pero no se lo decimos a nadie más, por lo que no les damos la opción de complacernos.

Entonces, ¿qué tenemos que hacer para que la gente sepa lo que queremos? Lo primero de todo pedirlo. Pidiendo las cosas que uno desea no tienes nada que perder y sí, mucho que ganar. Veámoslo con un ejemplo. Un ejecutivo estaba deseando realizar un máster y no se atrevía a pedírselo a su jefe. Pensaba que le iba a responder a su petición con argumentos tales como “que ahora no es el momento”, “hay otras personas en el departamento que también van a querer hacerlo”, “estamos en época de recortes”, etc. Sin embargo, se atrevió, se lo pidió a su jefe, argumentándole los motivos que le movían a realizar ese máster y los beneficios que supondrían tanto para él como para la compañía y cuál fue su sorpresa, cuándo su jefe le respondió: ¿por qué no? Vamos a intentarlo, lo voy a proponer en el Comité.

Cuándo pides, pueden pasar dos cosas: que te digan que sí o que te digan que no. Si te dicen que sí, sales ganando respecto a tu situación inicial, y si te dicen que no, te quedas exactamente en la misma posición. Por lo tanto, atrévete, y pide. Eso sí, prepárate bien las razones y argumentos que sostienen tu petición.

A continuación, te muestro un ejemplo de cómo una persona le pide un cambio de comportamiento a su jefe, de forma eficaz, por sus reiterados retrasos a las reuniones:

“CUANDO TÚ llegas tarde a las reuniones, YO ME SIENTO defraudado. NECESITO sentirme valorado. Por ello, TE PIDO por favor que llegues pronto a las reuniones”.

En esta petición es clave, los aspectos señalados en negrita:

  1. Indicar objetivamente lo que el otro hace, debe de tratarse de un hecho observable, nunca de una impresión personal nuestra.
  2. Explicar brevemente como tú te sientes (triste, decepcionado, rabioso, etc., habla de tus emociones)
  3. Indicar la necesidad que necesitas cubrir, esto es muy importante para que el otro entienda para qué necesitas ese cambio.
  4. Realizar la petición de cambio

Verás que si utilizas esta técnica, obtendrás buenos resultados en tus peticiones.

Coaching

El poder de la visión para alcanzar tus sueños

Por Victoria Gimeno
Si no sabes hacia donde se dirige tu barco, ningún viento te será favorable
Cartas de Séneca a Lucilio, carta LXXI

¿Por qué se alcanzan los sueños? Primero porque son realizables, segundo porque los definimos y tercero porque nos comprometemos y nos movilizamos para alcanzarlos. Todo ese camino es más corto si lo visualizamos.

La visión es un ejercicio de reflexión que te proyecta al futuro, hacia el lugar donde vas a vivir el resto de tu vida, que te ayuda a salir de tu zona de confort, y que te obliga a poner en palabras tus objetivos. El mero hecho de decirte a ti mismo a dónde quieres llegar, cuál es tu objetivo, es ya asumir un compromiso que te mueve a la acción. En ese moverte a la acción está todo lo que tú mismo sabes que te falta, lo que tienes que aprender, los recursos con que cuentas, y los lastres que tienes que soltar para conseguir tus sueños.
Visualizar el camino es la manera de llegar a un puerto. La visión, se convierte pues en una herramienta imprescindible, que nos ayuda a conseguir nuestros objetivos. Los entrenadores deportivos conocen muy bien el poder de esta herramienta que se basa en ver la meta, ver como construyes tu camino, ver cómo llegas al final y como alcanzas el éxito. Ves la dureza del esfuerzo, lo que si tienes que hacer, lo que no debes hacer, ver lo que te impulsa a seguir a pesar del esfuerzo, lo que te da energía para afrontarlo. La visión se convierte en una parte más del entrenamiento de los deportistas que se puede aplicar a cualquier profesional.
Un directivo sin visión es un directivo a la deriva. Todos tenemos talento, todos podemos llegar, pero ¿por qué no lo hacemos?, algunas de las razones son:
• Falta de definición de un objetivo
• Necesidad de aprender nuevas cosas como idiomas, un curso de especialización, etc.. , pero no lo sabemos, o sabiéndolo nos da pereza
• Falta de confianza en nosotros mismos que nos incapacita para llegar a la meta
• Miedo al fracaso
• Creencias que nos limitan
• Ataduras que nos unen al presente
• Falta motivación, no tenemos algo claro por qué luchar
• El victimísmo que nos lleva a que son otros o las circunstancias los que deciden por nosotros
• La comodidad y la complacencia
• Temor al futuro

Visión
Y si ahora, tienes un objetivo y quieres conseguirlo, atrévete a hacer tu visión, se sincero y ponte en acción:
1. Pon un plazo para conseguir tu visión (te recomiendo 5 años)
2. Define tu sueño alcanzable
3. ¿Qué te falta aprender?, y , ¿qué vas a hacer para aprenderlo?
4. ¿Qué te bloquea o lastra y cómo te lo vas a quitar de encima?
5. ¿Qué te da la energía para alcanzar tu objetivo?
Y por último, cuéntaselo a alguien a quien quieras y respetes. La palabra es acción.

Coaching

¿La perfección existe? Entonces… ¿para qué la buscas?

Por Arantza Rios

Son muchos los directivos que en sus sesiones de coaching manifiestan ser exigentes y perfeccionista consigo mismo y con sus equipos. Y cuando les pregunto: ¿la perfección existe? la respuesta siempre es no. Entonces ¿Para qué nos empeñamos en seguir buscando la perfección si todos sabemos que no la vamos a encontrar, porque no existe? Este intento de ser perfectos nos hace tremendamente infelices y es frustrante. Pero claro, nosotros insistimos e insistimos, esto es humano, pero como dice Einstein: tonto es aquel que haciendo siempre lo mismo espera resultados diferentes, así que: ¿por qué no probamos a cambiar?


La alternativa a la exigencia es la excelencia. La excelencia consiste en hacer las cosas lo mejor que uno sabe (lo mejor posible), y esto siempre se puede lograr. Por lo tanto, ¿No será esta actitud mucho más sana y recomendable que la exigencia?
Eso sí, en el ámbito de la excelencia el error es el rey. Es importante permitirnos y permitir a los demás cometer errores, porque esta es la única manera de aprender y mejorar, tanto como personas como profesionales y si no, recordad como aprenden los niños: ¡Equivocándose una y otra vez! Como nos decían cuando éramos niños: de los errores se aprende. Y esto mismo sigue siendo válido ahora que somos adultos, ¿no?
Para dar el salto de la exigencia a la excelencia tenemos que salir de nuestra “zona de confort” y arriesgarnos a hacer las cosas de manera diferente. De esta forma, abrimos una puerta a la innovación y además, podremos mejorar nosotros, nuestros trabajos, nuestros equipos, etc. Por ejemplo, a aquellos que os gusta llevar perfectamente preparadas las reuniones, con toda la información recopilada y analizada de antemano, os propongo que probéis a no llevarlo todo preparado, que dejéis algo abierto y experimentéis que pasa. Seguro que lo pasareis mal en la reunión, os sentiréis inseguros, pero veréis que no pasa nada, que la reunión ha salido prácticamente igual y el beneficio para vosotros es que además de ejercitar la improvisación, ese tiempo que habéis ahorrado -hasta conseguir la preparación perfecta de la reunión-, lo podéis dedicar a otra actividad o porque no, a disfrutar con aquello que os da energía y os hace felices, como la familia, los amigos, la lectura, el deporte, el cine, etc.
Además, como habéis podido comprobar en el ejemplo anterior: “el perfeccionismo es un ladrón de vuestro tiempo”. ¿Estás dispuesto a dejarte robar? Si la respuesta es no: ¡Atrévete ya a dejar el perfeccionismo y busca la excelencia!

Coaching