1ª Parte
Por Arantza Ríos
¿Habéis probado a utilizar el coaching con vuestros hijos? Os sorprenderéis de los resultados.
En mi caso, lo aplico de varias formas, una de ellas es para ayudarles en su desarrollo y como consecuencia para mejorar sus resultados académicos. Suelo aprovechar las comidas o cenas, para hablar tranquilamente, de manera informal.
Concretamente, el trimestre pasado uno de mis hijos tuvo unas calificaciones digamos que mejorables. Más allá de estos resultados lo que observé, al hablar con él, fue que le importaban sus notas.
Yo me sentía con dolor y sin saber qué hacer.
Finalmente pensé que su tutora podría ayudarme ya que ella podría aportarme información desde otra perspectiva; pues pasa muchas horas al día con él, y además tiene experiencia con niños, una NECESARIA ALIANZA.
Tras hablar con su tutora, ella me dijo que mi hijo podía hacer mucho más, pero que en clase se distraía y hablaba mucho con sus compañeros de al lado. Entonces, esto hacía que se perdiera mucha parte de la explicación en clase, y después, en casa, tuviera que estudiar más por su cuenta y no llegaba.
La tutora me dijo: habría que trabajar su actitud y su comportamiento en clase. Y yo pensé: con “coaching”.
Llegué a casa y cuando estábamos comiendo le pregunté: ¿quieres mejorar tus notas? Y él me contestó, pues claro. Ya tenía el primer paso: “su compromiso”.
A continuación le expliqué que su tutora me había dicho que hablas mucho en clase y que no te centras. Entonces empecé con el siguiente paso: INDAGACIÓN. Para ello, mantuvimos el siguiente diálogo:
- Y tú, ¿qué opinas? Pues bueno, que algunas veces si hablo.
- ¿Para qué hablas? Para no aburrirme, me contestó.
- ¿En qué clases hablas más? En francés y en música.
- Y ¿en qué clases hablas menos? En inglés.
- ¿Qué crees que hace que hables más en francés que en inglés? Me siento al final de la clase, con dos amigos míos, el profesor no me ve, me aburro, me rio, etc.
Después le llevé a la ACCIÓN mediante estas preguntas:
- ¿Qué puedes hacer para hablar menos? Cambiarme de sitio, ponerme más adelante.
- ¿Qué conseguirías si te pusieras más adelante? Atender más y hablar menos con mis amigos.
Seguimos hablando y le RETE:
Te reto a que te pongas en la primera fila.
Uf tampoco te pases me contestó él.
Y ¿en la segunda? Bueno….
Continué llevándole a la acción: ¿Qué vas a hacer para cambiarte de sitio? Decírselo al profesor
Por último le ayude a VISUALIZAR los resultados que podría conseguir con un cambio de comportamiento, de la siguiente forma:
“Imagínate que estás en la segunda fila, y que ya ha pasado un mes:
¿Cómo te ves en la clase? Me veo atendiendo, callado, escuchando al profesor
¿Qué has conseguido? Seguir las explicaciones del profesor
¿Y qué más? Tener que estudiar menos en casa,
Y tus notas, ¿cómo son ahora? Mejores
¿Y cómo te sientes? muy bien, ¿y qué más? Contento, y yo, ¿cómo estoy? Muy contenta también.
Por último le dije: ¿Cuándo le vas a decir al profesor que te quieres cambiar de sitio? El próximo día que tenga clase con él.
Arantza buenísimo!! Es justo lo que le pasa a mi hija de 11 años, ya mismo voy a poner en práctica lo que has «trabajado» con tu hijo. ..MUCHAS GRACIAS por compartirlo!!!!!
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