felicidad

¿Te gustaría sentirte todos los días cómo recién llegado de vacaciones?

Arantza Ríos

En las primeras semanas de practicar Mindfulness empecé a notar sus efectos. Después de las sesiones, me daba cuenta de que ante situaciones estresantes, que se producían en mi entorno, tenía una mayor capacidad para mantener la calma y actuar con serenidad.

Coaching

El stress, un mal aliado

Arantza Ríos

para el blog

Stress; ¡este es el estado que más veces he escuchado, en mi entorno, en las últimas semanas!

Según los expertos va a ser la enfermedad que más vamos a padecer en el siglo XXI. La buena  noticia es que, a diferencia de otras enfermedades, el stress se puede aprender a gestionar.

El otro día hablaba con un con un coachee que había sufrido una situación de stress que le había llevado a caer gravemente enfermo, y me decía: “lo más sorprendente es que en mi trabajo nadie me decía nada, pero si  todos me veían, si estaba fatal”.

Fue su pareja quien le llevo al hospital porque se encontraba mal y me decía: “notaba que no podía respirar, se me había olvidado, tuvieron que darme pautas para que pudiera volver a respirar….”

Desafortunadamente muchos episodios de stress acaban o empiezan así: en las urgencias de algún hospital.

A lo largo de toda mi vida laboral, nunca he visto a nadie al que le digan: te veo muy estresado,  tomate unos días libres, delega en tu equipo, pide ayuda, no extiendas tu jornada laboral de forma sostenida y dedica tiempo a aquello que te hace feliz y te da energía (escuchar música, hacer deporte, estar con tu familia, salir con tus amigos, etc.).

Todos recibimos señales de nuestro cuerpo que nos avisan,  y me pregunto: ¿Para qué no hacemos caso? Y ¿Por qué somos capaces de gestionar grandes proyectos, equipos, empresas, tomar decisiones importantes y sin embargo, no somos capaces de escuchar a nuestro cuerpo, el único que tenemos, y manejarlo adecuadamente? En mi opinión, se debe, a que  creemos que nuestro cuerpo aguanta todo lo que le echemos.  Pero de verdad,  piénsalo ¿hay algo más importante que tú?

Además, si tú estás mal todo a tú alrededor se verá afectado: tu familia, tus colaboradores, tus jefes, tus amigos, tus compañeros,….TU MISMO.

Se inteligente y prioriza, no dejes que el stress se convierta en tu enfermedad. Pide ayuda cuando lo necesites y sobretodo, ¡Párate tú, nadie te va a avisar!

Coaching

Las malas pasadas que nos juega el stress

Por Arantza Ríos

Cierto nivel de tensión te mantiene alerta pero sobrepasado este nivel, todo se vuelve en tu contra.

Cuando vivimos épocas de stress nuestro umbral de atención es muy bajo y todo ello se refleja en que estás más distraído, más irascible, más lento de reflejos, disminuye tu capacidad para tomar decisiones, pierdes memoria, etc. Entonces, ante una situación imprevista tu capacidad de respuesta y nivel de atención bajan.

Veámoslo con este ejemplo que me ocurrió. Un día, estando en unos grandes almacenes, a las afueras de Madrid, me olvidé el bolso en un cuarto de baño y alguien me lo robó. En el bolso llevaba el móvil, mi cartera y la de mi marido y en las carteras, ambos llevábamos varias tarjetas de crédito, documentación, etc.

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Ante esta situación, mi reacción fue primero de angustia, al pensar “si ya no me da la vida para lo que tengo que hacer, ¿de dónde voy sacar el tiempo para volver a solicitar toda mi documentación, tarjetas, etc.?” y después, de bloqueo y pérdida de memoria. Llamé para cancelar algunas tarjetas y al rato era incapaz de recordar qué tarjetas había cancelado y cuáles no, por lo que tuve que realizar varias llamadas para una gestión tan sencilla como esta. Me estaba resultando una losa tremenda realizar estas gestiones.

Mientras tanto, mi marido, pensó: “que suerte, al menos tengo las llaves del coche y las de casa para poder regresar y entrar”. El realizó todas sus gestiones con calma y eficacia. En un momento había cancelado todas sus tarjetas, además de cancelar mis móviles y continuó ayudándome a mí con mis gestiones.

La conclusión que saqué de esta experiencia es que el olvido del bolso en el cuarto de baño es una señal de que mi nivel de atención por las cosas ha disminuido. También podéis pensar que un olvido lo tiene cualquiera, pero no fue el caso. La diferencia entre olvido por distracción y olvido por el bajo nivel de atención, causado por el stress, es la respuesta que yo tuve: angustia, bloqueo y pérdida de memoria.

A través de este ejemplo podemos ver que, ante una misma situación, dos personas reaccionan muy diferentemente en función de cuál sea el grado de stress al que están sometidos en ese momento.

Para reducir el nivel de stress, ATREVETE a:

Delegar, con ello beneficias a las personas en las que delegas, porque les ayuda a desarrollarse y a ti porque reduces tu carga de trabajo. No te escudes en pensar que pierdes el control o el poder, en que tú lo haces mejor que los demás, etc.

Decir que no cuando sabes que ya vas a tener dificultades en cumplir los plazos con la actividad que tienes y te siguen solicitando trabajos.

Pedir o buscar ayuda cuándo lo necesites, y antes de estallar. Verás cómo las personas que te aprecian estarán encantadas de ayudarte.

Intentar trabajar más en equipo. El equipo suma más que las partes.

No dejar toda la energía en el trabajo. También necesitas energía para afrontar las actividades posteriores a tu jornada laboral.

Y por supuesto, intenta dedicar todos los días algo de tiempo a hacer alguna actividad que te guste: practicar algún deporte, leer, ir al cine, meditar, dar un paseo, cenar o comer con amigos, con tu familia, etc. Mantén tu Plan Energético siempre activo.

Coaching

Entrena tu sentido del humor

Por Victoria Gimeno

Algunos definen el sentido del humor como el séptimo sentido, después del olfato, oído, gusto, tacto, vista y la intuición, si definimos “sentido” como la capacidad de percibir lo que está a nuestro alrededor.

De esta forma, podríamos decir que las personas que tienen sentido del humor tienen empatía, se preocupan por los demás y son capaces de captar lo que es gracioso para ellos y desdramatizan situaciones que generan tensión a su alrededor, siendo capaces de ver los temas desde diferentes perspectivas.

Además, el sentido del humor nos permite superar la adversidad y  los obstáculos de la vida, haciendo que esta sea más llevadera y agradable para nosotros y los que nos rodean.  Indira Gandhi en una de sus entrevistas comentó que “de no ser por mi sentido del humor, hace ya tiempo que me habría suicidado”. En esta línea, ya había indicado Sigmund Freud que “el humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo”.

Numerosos estudios científicos demuestran que el sentido del humor tiene beneficios para nuestra salud física y emocional, aceleración del ritmo cardiaco, incremento del aporte de oxígeno al cerebro, reducción de stress, mejora del sistema inmunológico, mejora de la digestión, e incremento de las endorfinas lo que aumenta nuestra sensación de bienestar y relativiza los miedos.

Pero si a nivel individual el sentido del humor se convierte en una herramienta para superar los impedimentos que nos encontramos en la vida y ayuda a nuestra salud, no es menor la importancia  que tiene  en la empresa y en la salud de esta.

Algunas empresas potencian el sentido del humor con cursos de formación, otras,  como Google tienen toboganes en sus oficinas y practican el juego de billar y futbolín en sus instalaciones, dejan reírse a la gente, porque saben que algunos beneficios de potenciar el sentido del humor son las siguientes:

  • Las personas con sentido del humor son mejor aceptadas, se acercan unas a otras, lo que favorece las relaciones sociales
  • Aumenta la colaboración en y entre los equipos
  • Reduce los conflictos
  • Mejora la tolerancia a la novedad y la adaptación al cambio
  • Saben navegar en la ambigüedad
  • Facilita el pensamiento divergente
  • Incrementa la creatividad para resolver problemas, añadiendo la visión de estos desde diferentes ángulos
  • Reduce el absentismo laboral
  • Se reduce el nivel de stress de la compañía
  • Aumenta la productividad

En definitiva, el sentido del humor es bueno para el trabajador y es bueno para la empresa.

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Y como siempre decimos en nuestras páginas del Blog de Ava, cuando hablamos de emociones y  de creencias, también el sentido del humor se puede entrenar, si naces con él como con los músculos, ¿por qué no lo intentas?

Para ello, te recomiendo que empieces riéndote de ti mismo.

Coaching

¡No te atiborres de responsabilidad!

Por Arantza Rios
Especialmente dedicado a aquellas personas que sufren por exceso de responsabilidad. En muchos casos, su excesiva entrega les lleva a soportar además de sus problemas, los de sus amigos, sus compañeros de trabajo, sus familiares, sus colaboradores, sus jefes, etc. He conocido casos de personas con este comportamiento que les ha llevado a una situación de stress, que a su vez ha desencadenado enfermedades importantes. A todos ellos, les sugiero que prueban a compartir sus problemas.

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“¡Qué bueno es tener un jefe!” me comentaba el otro día una persona durante un proceso de coaching y continuó diciéndome: “aquella noche me fui a dormir muy preocupado por la dificultad que suponía una actividad que tenía que hacer al día siguiente. Al levantarme pensé: ¿para qué tengo a mi jefe? , voy a compartir con él mi preocupación. Así que, en cuanto entré en la oficina, lo primero que hice es ir directamente a hablar con él. Después de la conversación con mí jefe, me sentí escuchado, comprendido y con más confianza y nuevas aportaciones para asumir la tarea”.  “Yo solo no hubiese podido”, me comentó este cliente.

Atrévete a compartir tus problemas de trabajo con tu jefe o con tus compañeros. Ábrete a tu familia, a tus amigos, a tus hijos y descubrirás con cualquiera de ellos otras perspectivas, que por tu cuenta, no eres capaz de ver. Esto es como una carrera de fondo: “Si corres solo corres más rápido pero si corres en compañía, llegas más lejos”.

Te sorprenderás de que, en general, a todo el mundo le gustará ayudarte pero para ello, tienes que dejar un hueco. Resérvate un espacio para recibir, no lo absorbas todo tú. De esta manera, compartirás tus preocupaciones, aligerarás tu mochila y verás como el viaje resulta más cómodo y más completo.

 

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