Arantza Ríos
En las primeras semanas de practicar Mindfulness empecé a notar sus efectos. Después de las sesiones, me daba cuenta de que ante situaciones estresantes, que se producían en mi entorno, tenía una mayor capacidad para mantener la calma y actuar con serenidad.
Primero, empecé a practicarlo en grupo, guiado por un profesor. Realizábamos distintos ejercicios y lo ejercitábamos durante una hora, una vez a la semana. Después, continué practicándolo sola guiándome con un video, de 10 minutos, muy sencillo, que encontré en internet, y lo hacía el ejercicio 1 vez al día. Ahora estoy empezando a alargar los ejercicios a 20 minutos y aunque ya he cogido práctica y podría hacerlo sin guía, lo sigo haciendo guiado porque me resulta más fácil. La práctica consiste en “centrar tu atención”. Para ello se utiliza la respiración, los sonidos que escuchamos, lo que sentimos en las distintas partes de nuestro cuerpo, etc.
Durante estos meses, he practicado diferentes ejercicios de Mindfulness y para mí, los más fáciles de realizar y con mayor efecto, son los que se realizan prestando atención a la respiración. Esta práctica me hace recuperar la calma interior.
Me está ayudando a gestionar el stress. Su práctica hace que me sienta cómo cuando vuelvo de vacaciones. Noto que tengo la mente más despejada y clara para tomar decisiones y afrontar los problemas de una manera más serena; me tomo las cosas con más calma, tengo una mayor capacidad de concentración y un mayor amortiguador para afrontar las situaciones de stress, que surgen en el día a día profesional y personal.
Para mí el mayor reto fue encontrar un hueco en la agenda para hacerlo. A partir de ahí me ha ayudado el establecer una rutina y practicarlo siempre a la misma hora del día.
En cuanto el momento del día para practicarlo cualquier momento es bueno. Yo lo suelo practicar por la mañana, antes de ir a trabajar, pero sé de otras personas que lo practican al final de la jornada laboral o en medio de la misma.
Por último, resaltar que se puede practicar de manera individual o en grupo, bien sea con tu pareja o por qué no, con tu familia y tus hijos.