SENTIDO DEL HUMOR

Un sentido que no debe faltarte

Por Victoria Gimeno

Algunos definen el sentido del humor como el séptimo sentido, después del olfato, oído, gusto, tacto, vista y la intuición, si definimos “sentido” como la capacidad de percibir lo que está a nuestro alrededor.

De esta forma, podríamos decir que las personas que tienen sentido del humor tienen empatía, se preocupan por los demás y son capaces de captar lo que es gracioso para ellos y desdramatizan situaciones que generan tensión a su alrededor, siendo capaces de ver los temas desde diferentes perspectivas.

Coaching

Siéntete bien saliendo al campo

Por Arantza Ríos

Sábado, 9 de la mañana y recibo por WhatsApp la primera foto de una magnifica flor encontrada durante el paseo matutino de mi amiga; diez minutos después recibo la segunda, en la que aparece un esplendoroso árbol en flor, cinco minutos más tarde, una foto de un estanque, y así sucesivamente va compartiendo conmigo las fotos de las plantas, árboles, pájaros, que se va encontrando a lo largo de su paseo. Y yo me doy cuenta, de que según avanza su paseo, su estado de ánimo va cambiando.

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Generosidad

La generosidad bien entendida

Por Victoria Gimeno

Si preguntamos a la gente que conocemos ¿qué es generosidad?, estoy segura que la mayoría nos diría que es dar. Algunos dirían que es dar dinero, otros que es dar amor, otros tiempo, regalos, consejos etc… 

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Culpabilidad

La culpa fue del Cha-cha-chá

Por Victoria Gimeno

Olvídate, no tienes el poder de hacer feliz o infeliz a alguienLa felicidad depende de cada uno, por mucho que te empeñes, aunque regales una rosa a tu chica o le compres un coche, su felicidad no la construyes tú.

Coaching

Mostrar gratitud

Por Victoria Gimeno

La gratitud es una emoción que consiste en que nos sentimos satisfechos con lo que nos dan, ya sea otra persona o el mundo en general.

Es una emoción muy positiva, que nos hace sentirnos felices y que es incompatible con sentirnos desgraciados y víctimas,  y cierra la puerta a las  emociones negativas como la ira, el resentimiento, tristeza o la rabia. Y sin embargo abre la puerta a la alegría, a la tolerancia y a la generosidad.

Muchas personas  no agradecen nada porque creen que se lo merecen todo. Otras  tienen una serie de creencias que les limitan a la hora de mostrar su gratitud, creencias como pensar que la gente hace las cosas por su propio interés o esperando un favor.  Estas creencias, ¿para qué nos sirven, si no nos hacen sentirnos bien ni  tampoco nos sitúan en un mundo feliz, sino todo lo contrario?

Muchas veces me encuentro con jefes que no agradecen a sus subordinados la realización de una tarea porque lo consideran parte de sus obligaciones y su sueldo, y con ello solo consiguen que estos pierdan su motivación y compromiso.

¿Quién no sé siente bien cuando hacemos un mínimo  gesto a alguien que nos lo agradece con cariño y de corazón? El agradecimiento genera lazos entre la gente, buenas relaciones, nos hace ser simpáticos y caer bien.

La gratitud hace que te fijes en lo positivo, te ayuda a relativizar los problemas, a aprender de ellos y a salir de las dificultades y crisis en las que te encuentres.gratitud 2Muchos piensan que el agradecimiento es decir ”gracias”,  pero no es así. Si bien es una de las expresiones del mismo,  en realidad es decir “gracias “, no solo con la palabra, también con una mirada,  con una sonrisa, con una caricia, con todo tu cuerpo. No como un gesto mecánico.

Tampoco mostrar gratitud es fingir o engañarnos a nosotros mismos, cuando algo no nos gusta, no tenemos que mostrar gratitud. Simplemente es apreciar el esfuerzo, lo que hacen por nosotros, los momentos que nos ofrecen. Es buscar lo positivo a tu alrededor.

¿Cómo serían nuestras relaciones y el mundo si todos mostrásemos gratitud, si todos valorásemos lo que nos dan?

Desde El blog de Ava, te animamos a que practiques la gratitud. Empieza hoy mismo.

Haz tu lista cada noche de al menos tres cosas buenas que te hayan pasado cada día y que quieras agradecer, seguro que las encuentras. Y cada mañana agradece que hayas despertado, que tengas un día por delante en el que pueden suceder cosas maravillosas. Y agradece al camarero el café de la mañana, y a tu equipo que hacen las cosas lo mejor que pueden y a tus padres que se preocupan por ti, y a tus hijos que te quieren… ¡¡¡ Hay tanto que agradecer!!!

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Entrena tu sentido del humor

Por Victoria Gimeno

Algunos definen el sentido del humor como el séptimo sentido, después del olfato, oído, gusto, tacto, vista y la intuición, si definimos “sentido” como la capacidad de percibir lo que está a nuestro alrededor.

De esta forma, podríamos decir que las personas que tienen sentido del humor tienen empatía, se preocupan por los demás y son capaces de captar lo que es gracioso para ellos y desdramatizan situaciones que generan tensión a su alrededor, siendo capaces de ver los temas desde diferentes perspectivas.

Además, el sentido del humor nos permite superar la adversidad y  los obstáculos de la vida, haciendo que esta sea más llevadera y agradable para nosotros y los que nos rodean.  Indira Gandhi en una de sus entrevistas comentó que “de no ser por mi sentido del humor, hace ya tiempo que me habría suicidado”. En esta línea, ya había indicado Sigmund Freud que “el humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo”.

Numerosos estudios científicos demuestran que el sentido del humor tiene beneficios para nuestra salud física y emocional, aceleración del ritmo cardiaco, incremento del aporte de oxígeno al cerebro, reducción de stress, mejora del sistema inmunológico, mejora de la digestión, e incremento de las endorfinas lo que aumenta nuestra sensación de bienestar y relativiza los miedos.

Pero si a nivel individual el sentido del humor se convierte en una herramienta para superar los impedimentos que nos encontramos en la vida y ayuda a nuestra salud, no es menor la importancia  que tiene  en la empresa y en la salud de esta.

Algunas empresas potencian el sentido del humor con cursos de formación, otras,  como Google tienen toboganes en sus oficinas y practican el juego de billar y futbolín en sus instalaciones, dejan reírse a la gente, porque saben que algunos beneficios de potenciar el sentido del humor son las siguientes:

  • Las personas con sentido del humor son mejor aceptadas, se acercan unas a otras, lo que favorece las relaciones sociales
  • Aumenta la colaboración en y entre los equipos
  • Reduce los conflictos
  • Mejora la tolerancia a la novedad y la adaptación al cambio
  • Saben navegar en la ambigüedad
  • Facilita el pensamiento divergente
  • Incrementa la creatividad para resolver problemas, añadiendo la visión de estos desde diferentes ángulos
  • Reduce el absentismo laboral
  • Se reduce el nivel de stress de la compañía
  • Aumenta la productividad

En definitiva, el sentido del humor es bueno para el trabajador y es bueno para la empresa.

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Y como siempre decimos en nuestras páginas del Blog de Ava, cuando hablamos de emociones y  de creencias, también el sentido del humor se puede entrenar, si naces con él como con los músculos, ¿por qué no lo intentas?

Para ello, te recomiendo que empieces riéndote de ti mismo.

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¡No te atiborres de responsabilidad!

Por Arantza Rios
Especialmente dedicado a aquellas personas que sufren por exceso de responsabilidad. En muchos casos, su excesiva entrega les lleva a soportar además de sus problemas, los de sus amigos, sus compañeros de trabajo, sus familiares, sus colaboradores, sus jefes, etc. He conocido casos de personas con este comportamiento que les ha llevado a una situación de stress, que a su vez ha desencadenado enfermedades importantes. A todos ellos, les sugiero que prueban a compartir sus problemas.

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“¡Qué bueno es tener un jefe!” me comentaba el otro día una persona durante un proceso de coaching y continuó diciéndome: “aquella noche me fui a dormir muy preocupado por la dificultad que suponía una actividad que tenía que hacer al día siguiente. Al levantarme pensé: ¿para qué tengo a mi jefe? , voy a compartir con él mi preocupación. Así que, en cuanto entré en la oficina, lo primero que hice es ir directamente a hablar con él. Después de la conversación con mí jefe, me sentí escuchado, comprendido y con más confianza y nuevas aportaciones para asumir la tarea”.  “Yo solo no hubiese podido”, me comentó este cliente.

Atrévete a compartir tus problemas de trabajo con tu jefe o con tus compañeros. Ábrete a tu familia, a tus amigos, a tus hijos y descubrirás con cualquiera de ellos otras perspectivas, que por tu cuenta, no eres capaz de ver. Esto es como una carrera de fondo: “Si corres solo corres más rápido pero si corres en compañía, llegas más lejos”.

Te sorprenderás de que, en general, a todo el mundo le gustará ayudarte pero para ello, tienes que dejar un hueco. Resérvate un espacio para recibir, no lo absorbas todo tú. De esta manera, compartirás tus preocupaciones, aligerarás tu mochila y verás como el viaje resulta más cómodo y más completo.

 

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No dejes que tus emociones te amarguen el día

Por Victoria Gimeno

El lenguaje tiene una fuerza muy grande, es como una piedra que se tira a un lago y salen ondas expansivas, mucho más allá del lugar donde ha caído.

Tanto lo que nos dicen los demás como lo que pensamos y nos decimos a nosotros mismos en nuestras conversaciones interiores, desata nuestras emociones que podríamos definir como reacciones psicofisiológicas. Así pues, si nuestro jefe nos dice que algo que pensábamos que nos había salido bien, ha sido un fracaso, reaccionaremos con angustia, enfado o tristeza; y si, aunque nadie nos lo diga, pensamos que no hemos hecho bien un trabajo, tendremos probablemente las mismas emociones.

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Las emociones, no solo pueden ser disfuncionales o negativas, como la ira, el temor, angustia, rencor, tristeza, celos, odio…; sino también pueden ser funcionales y positivas, como la alegría, felicidad, amor, plenitud, abundancia, serenidad, gratitud… Pero además son efímeras, aunque si no cambiamos la emoción en el caso de las negativas, podemos convertirlas en crónicas y que acaben siendo un estado de ánimo y lo que es peor una enfermedad. Por ejemplo si lo que nos dicen y/o lo que nos decimos a nosotros mismos, nos lleva a la tristeza y no nos apartamos de ella, sino que seguimos en esa emoción, podemos acabar en una enfermedad como la depresión, que es un estado de ánimo y como tal se vive en él de manera permanente. Las emociones no se eligen, son mecanismos de adaptación, pero lo que si se elige es continuar en la emoción.

Por eso, cuando tengo una emoción negativa, tengo que definirla, ponerle nombre, etiquetarla, hablarme a mí mismo sobre su procedencia, darme, también a mí mismo, un feedback en lenguaje positivo, elegir si quiero estar bien y cambiarla, valorar todo lo que tengo con gratitud, utilizar la empatía , ponerla en un contexto más amplio.. . y con aprendizaje. Además, siendo consciente de que si nuestras emociones negativas tienen su origen en otra persona, en nada pueden afectarle, a lo sumo pueden incomodarle, pero a los que si afectan es a nosotros mismos.

Es curioso, los seres humanos nos focalizamos en lo negativo y nos olvidamos de todo lo demás, por eso hacemos tan grandes los pequeños problemas.

Afortunadamente las emociones nos permiten también abrazarnos, decir te quiero, desearte un buen día y expresar nuestro agradecimiento.

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