Por Victoria Gimeno
Este post está dedicado a todos los lectores de El blog de Ava que son padres
Una vez leí, hace muchísimos años, en una novela que se desarrollaba en China, que intentamos ponernos a la altura de lo que se espera de nosotros, y la verdad es que siempre he guardado esta frase en la memoria porque siempre he estado de acuerdo.
Nosotros lo intentamos, otra cosa es que lo consigamos. Si esperan que seamos ingenieros de telecomunicaciones y no nos dan más opciones o no nos preguntan qué es lo que realmente queremos hacer, y no somos capaces de entender las matemáticas que nos piden en esa carrera, lo más seguro es que fracasemos en el intento y lo peor es que nos frustremos por no ser capaces de ponernos a la altura de lo que se espera de nosotros.
Analizando un punto en común de todas las expectativas que los padres puedan tener sobre sus hijos, encuentro, además de la felicidad, concepto etéreo y vago, que los padres quieren que sus hijos sean autónomos. Qué se sepan valer por sí mismos, y salgan adelante.
Si definimos el coaching como una metodología de desarrollo que te permite aprender para alcanzar tus objetivos de la manera más eficiente posible, sin duda esta técnica la deberían conocer los padres para desarrollar el talento de sus hijos y potenciarlo. Un padre coach, ayudaría entonces a sus hijos a descubrir sus habilidades, aumentar su autoestima, desarrollar su inteligencia emocional, hacerles responsables de su presente y su futuro, hacer que sean sus hijos quienes definan sus alternativas y objetivos, hacerles ver el camino que tienen que recorrer para conseguirlo, retarles y por supuesto, acompañarles.
Podemos pensar que queremos ser padres coaches, pero, ¿cómo lo conseguimos? Las recetas son difíciles de dar, los consejos no tanto, aquí dejo una lista de ellos que creo pueden ayudar:
- Confiando en nuestros hijos creyendo que pueden conseguir todo lo que se propongan.
- Calidad de la escucha. No solo lo que nos comunican con palabras, también con el cuerpo y las emociones. Escucha al 100%.
- Dándole otras gafas para mirar el mundo. Haciendo que miren otras perspectivas.
- No queriendo que cumplan los sueños que tuvimos y no pudimos alcanzar.
- Respetando la realidad que construyen.
- Dejando que tomen decisiones.
- Celebrando sus logros, analizando sus no logros para que sepan por qué se produjeron.
- Asumiendo comportamientos coherentes.
- Dejándoles soñar.
- Presentándoles retos. Ampliando su zona de confort.
- No transmitiendo nuestros miedos a nuestros hijos.
- Ayudándoles a conocer sus emociones, qué las provocan, los efectos que tienen y cómo controlarlas en sus relaciones interpersonales. Además de reconocer y controlar tus propias emociones
- Enseñándoles que el fracaso sirve para aprender. Generando actitudes positivas.
- Desarrollando su empatía. Y por supuesto la tuya poniéndote en sus zapatos.
- Facilitándoles sus relaciones con los demás, aprendiendo a compartir.
- No poniéndoles etiquetas. Las etiquetas pueden construir su auto concepto.
- Permitiendo que se descubran a sí mismos, sus habilidades, sus gustos, sus talentos. Planteándoles nuevas actividades, pintura, música, gimnasia rítmica o baile.
La tarea de ser padre no es fácil, la de ser un padre coach menos todavía. ¿vas a intentar este reto?
Yo estoy en ello, con cautela porque un padre es un padre, en mi caso una madre es una madre. No es una amiga, ni es un coach, ni tampoco en mi caso es un psicólogo. Pero uso las herramientas del coach siempre que puedo y mis emociones no quedan atrapadas por la amígdala- mi hija tiene 14 años- y de momento funciona y muy bien. Escuchar al 100%, sus palabras, su cuerpo, sus emociones; ser empático ( tiene 14 años! todos hemos tenido 14 años pero se nos olvida) ponerse en su lugar, en sus preocupaciones, dilemas, indecisiones, cabezonerías…; cree en él o ella mas que ellos mismos- PUEDEN- estoy de acuerdo en dejarles soñar pero que visualicen cómo conseguir sus sueños ( qué han de hacer, que no, en qué o quienes se apoyarán) les hace «poner patas al asunto».
Ahí seguiré
Me gustaMe gusta