Por Ana Herranz
Pues básicamente depende de si a alguien le interesa
Y si a alguien le interesa es porque le soluciona un problema
Y si la solución que das está por encima de sus expectativas, no hay otro profesional y es un problema urgente, tu trabajo vale muchísimo. Básicamente puedes poner el precio que quieras. Yo ayer tuve que llamar al cerrajero y ni le pregunté lo que cobraba, porque estaba dispuesta a pagar cualquier precio con tal de poder entrar en mi casa.
Si resulta que hay mucha gente que puede hacer lo mismo que tú, entras en libre mercado y tu precio baja. Por supuesto poder hacer algo que nadie más conoce es complicado, pero como sabéis, en el mercado, hay productos que se posicionan o se perciben como de alta gama y pueden cobrar más que otros que compiten por precio.
Obviamente nosotros no queremos competir en precio, léase salario, sino posicionarnos como recurso imprescindible y escaso.
¿y eso cómo se hace? Os voy a dar algunas ideas para vuestra reflexión:
- Los productos de alta gama no se venden en el mercado de abastos, léase, aplicando a puestos en linkedin u otras plataformas. No digo que no hay que mirarlo, puedes mirar puestos que te interesan pero a partir de ahí abrir otros canales.
- No es lo mismo que tú llames a la puerta para vender tus servicios a que alguien te llame a ti para pedírtelo. Si te buscan tienes mucho mayor poder de negociación que si buscas tú. Por tanto hay que desarrollar estrategias que nos den visibilidad, tener un perfil atractivo y optimizado en linkedin puede ser una vía para que nos visiten. Y todo el contenido que generemos en redes sociales valida nuestra conocimiento y experiencia.
- Otra fuente de visibilidad es que la gente nos recomiende, y volvemos al tema de nuestros contactos y nuestra reputación, que tenemos que cuidar de manera constante
- El mensaje que damos es absolutamente crucial. Ayer revisaba un CV de un profesional de 15 años de experiencia y le decía, estás mezclando y dando la misma importancia a proyectos totalmente estratégicos con otras tareas puramente tácticas. Eso hace que lo importante se pierda en el bosque y por tanto tu mensaje pierda fuerza. El ejercicio de identificar y comunicar nuestro valor profesional es clave para pasar de ser Primark a Hermés.
¿Tú que quieres ser?