Por Victoria Gimeno
El concepto de resiliencia procede de la física y se refiere a la capacidad que tienen materiales y objetos elásticos que tras recibir un impacto o una fuerza externa, son capaces de, después de deformarse o encogerse, volver a su posición original.
Este concepto ha sido recogido por la psiquiatría y la psicología, aplicándose a la capacidad que tienen las personas y grupos, de volver a su estado original después de haber sufrido una adversidad o un trauma físico o emocional. Incluso, ser capaz de salir reforzado de esta situación.
El hecho de vivir conlleva necesariamente desdichas, el psiquiatra Enrique Rojas Marcos, clasifica estas en comunes o excepcionales. Las primeras son a las que todos estamos expuestos y que como mínimo en la vida las padecemos dos veces, como puede ser la muerte de un ser querido, la pérdida de trabajo, la ruptura de la pareja o una enfermedad. Por el contrario, las desgracias excepcionales son aquellas más improbables y dependientes del azar como la caída de un rayo, la guerra, un tsunami o un huracán. Ante una misma desgracia, las personas reaccionan de manera diferente, aunque la mayoría de estas es capaz de superarlas.
La resiliencia, esta capacidad asombrosa que tienen la mayoría de personas de superar cualquier golpe de la vida, se basa en los siguientes factores que además se pueden desarrollar:
- Los lazos afectivos con los demás, como incentivo a seguir adelante.
- El conocimiento de nosotros mismos, de nuestras habilidades, recursos y aptitudes que nos permite buscar fórmulas para salir del agujero, definir un objetivo y planificar nuestros pasos.
- Confianza en nosotros mismos, buscar en nuestro pasado los logros que hemos conseguido, ver que otros han podido salir, y sentirnos seguros de que podemos.
- Concienciarnos de que la responsabilidad es nuestra, de que nosotros tenemos que ser los que tomemos las riendas, no podemos dejarlo en manos de otro.
- Definir la realidad, o mejor dicho interpretar la realidad, tomar consciencia de la gravedad o relativizar. Si los judíos hubieran sido conscientes de que su realidad era que si seguían en su ciudad, les esperaban los trenes que les conducirían a las cámaras de gas, muchos hubieran podido escapar de la tragedia. La información es crucial.
- Ver lo positivo, ver que a pesar de lo trágico que sea lo que nos ha sucedido, también tiene un lado positivo.
- El sentido del humor, mecanismo necesario contra el miedo, la desesperación y la angustia.
- Buscar el sentido de la vida. Viktor E Frankl, psiquiatra austriaco que pasó 3 años en los campos de concentración de Auswitch y Dachau, en su libro “El hombre en busca de sentido” identificó que sin este no es posible sobrevivir y que a un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.
Sabemos que como seres vivos, somos vulnerables y no estamos exentos de que nos sucedan desgracias, pero también sepamos que podemos, no solo salir indemnes de estas como los materiales elásticos, sino que podemos hacerlo incluso siendo más completos y mejores personas.
Querida Vickie. Muchas gracias por tu articulo, ha sido muy interesante leerlo.
Queria preguntarte si lo puedo poner en el blog que tengo que ayuda a personas a encontrar trabajo. Espero tu respuesta.
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Claro que si Vanessa! Un beso
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Una excelente entrada. Como decía Patton:
«No mido el éxito de un hombre por lo alto que llega, sino por lo alto que rebota cuando toca fondo.»
Gracias Victoria!
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