Coaching sistémico

En busca de ti mismo

Entendiéndonos como parte de sistemas interrelacionados: coaching sistémico

Por Victoria Gimeno

¿Por qué un problema en el trabajo nos lleva a tener un mal día en nuestra casa?, ¿por qué el comportamiento de nuestra suegra afecta a la familia que hemos creado?, ¿por qué un amigo hace un comentario y tiembla nuestra pareja? Muy sencillo, todos formamos parte de sistemas que están interconectados y la crisis en uno de ellos, familia, trabajo, pareja, círculo de amistades, etc… , produce un sunami en el resto.

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Tiempo

No tengo tiempo

Aprender a gestionar el tiempo no es fácil, pero te ayudará a ser más feliz

Por Victoria Gimeno

“No tengo tiempo” es lo que más escucho en todas las empresas y a todas las personas.  El tiempo es nuestro recurso más escaso, que además es irrecuperable una vez que pasa, por eso muchas veces nos sentimos culpables por no haberlo rentabilizado.

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Generosidad

La generosidad bien entendida

Por Victoria Gimeno

Si preguntamos a la gente que conocemos ¿qué es generosidad?, estoy segura que la mayoría nos diría que es dar. Algunos dirían que es dar dinero, otros que es dar amor, otros tiempo, regalos, consejos etc… 

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Culpabilidad

La culpa fue del Cha-cha-chá

Por Victoria Gimeno

Olvídate, no tienes el poder de hacer feliz o infeliz a alguienLa felicidad depende de cada uno, por mucho que te empeñes, aunque regales una rosa a tu chica o le compres un coche, su felicidad no la construyes tú.

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Hay salida. La fuerza de la resiliencia

Por Victoria Gimeno

El concepto de resiliencia procede de la física y se refiere a la capacidad que tienen materiales y objetos  elásticos que tras recibir un impacto o una fuerza externa, son capaces de, después de deformarse o encogerse, volver a su posición original.

Este concepto ha sido recogido por la psiquiatría y la psicología, aplicándose a la capacidad que tienen las personas y grupos, de volver a su estado original después de haber  sufrido una adversidad o un trauma físico o emocional. Incluso, ser capaz de salir reforzado de esta situación.

El hecho de vivir conlleva necesariamente desdichas, el psiquiatra Enrique Rojas Marcos,  clasifica estas en comunes o excepcionales. Las primeras son a las que todos estamos expuestos y que como mínimo en la vida las padecemos dos veces, como puede ser la muerte de un ser querido, la pérdida de trabajo, la ruptura de la pareja o  una enfermedad. Por el contrario, las desgracias excepcionales son aquellas más improbables y dependientes del azar como la caída de un rayo, la guerra, un tsunami o un huracán. Ante una misma desgracia, las personas reaccionan de manera diferente, aunque la mayoría de estas es capaz de superarlas.Resiliencia foto

La resiliencia, esta capacidad asombrosa que tienen la mayoría de  personas de superar cualquier golpe de la vida,  se basa en los siguientes factores que además se pueden desarrollar:

  • Los lazos afectivos con los demás, como incentivo a seguir adelante.
  • El conocimiento de nosotros mismos, de nuestras habilidades, recursos y aptitudes que nos permite buscar fórmulas para salir del agujero, definir un objetivo y planificar nuestros pasos.
  • Confianza en nosotros mismos, buscar en nuestro pasado los logros que hemos conseguido, ver que otros han podido salir, y sentirnos seguros de que podemos.
  • Concienciarnos de que la responsabilidad es nuestra, de que nosotros tenemos que ser los que tomemos las riendas, no podemos dejarlo en manos de otro.
  • Definir la realidad, o mejor dicho interpretar la realidad, tomar consciencia de la gravedad o relativizar. Si los judíos hubieran sido conscientes de que su realidad era que si seguían en su ciudad, les esperaban los trenes que les conducirían a las cámaras de gas, muchos hubieran podido escapar de la tragedia. La información es crucial.
  • Ver lo positivo, ver que a pesar de lo trágico que sea lo que nos ha sucedido, también tiene un lado positivo.
  • El sentido del humor, mecanismo necesario contra el miedo, la desesperación y la angustia.
  • Buscar el sentido de la vida. Viktor E Frankl, psiquiatra austriaco que pasó 3 años en los campos de concentración de Auswitch y Dachau, en su libro “El hombre en busca de sentido” identificó que sin este no es posible sobrevivir y que  a un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.

Sabemos que  como seres vivos, somos vulnerables y  no estamos exentos de que nos sucedan desgracias, pero también sepamos que podemos, no solo salir indemnes de estas como los materiales elásticos, sino que podemos hacerlo incluso siendo más completos y mejores personas.

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Empatía o simpatía, ¿una obvia distinción?

Por Victoria Gimeno

El otro día Pablo me dijo: “Mi jefe es muy simpático, y cuando me ve siempre me da una palmada en la espalda felicitándome y diciéndome ¡ánimo campeón! Y  a por la próxima,   pero no comprende cómo me siento en este trabajo, no se me reconoce, no me lleva a las reuniones,  ni me aumentan el sueldo ni me promociona. Y yo tampoco me atrevo a decírselo porque no me da pie a ello”.

El jefe de Pablo es,  como el mismo dice, simpático pero no es empático.

La simpatía  es un rasgo de la personalidad, del carácter, algo que surge espontáneamente,  nace por afinidad hacia la otra persona, como podría ser hacia una obra de arte o a cualquier objeto. Que una persona te caiga bien afectivamente es simpatía,  ponerte en su pellejo,  sentir y pensar como él, aunque no lo compartas y sin juzgarle, es empatía.

La falta de  empatía de su jefe puede llevar a Pablo, aun siendo el mejor empleado,  a que se vaya de la compañía.empatia imagen

Como vemos, simpatía y empatía son independientes,  podemos  sentir por una persona una u otra, las dos o ninguna de las dos.

Mientras que la simpatía, es un don que no se puede aprender, la  empatía es  una habilidad, se puede aprender y entrenar.

El jefe de Pablo si no se entrena, no entenderá lo que necesita este para seguir desempeñando su trabajo, no podrá negociar con él.  Y si Pablo se va, no entenderá por qué y no le perdonará y se enfurecerá.

Sin empatía, no podemos desarrollar el resto  de habilidades de la inteligencia emocional que son las que nos hacen tener éxito, por ejemplo, no entenderemos ni conoceremos nuestras emociones, no seremos capaces de gestionarlas, tampoco encontraremos razones para motivarnos y así motivar a los otros, ni desarrollaremos  relaciones efectivas con los demás.

Ahora  que sabemos que la empatía se  puede entrenar, vamos a dar unos consejos al jefe de Pablo para que lo haga:

  1. Que escuche, no solo sus palabras, también sus gestos y su corporalidad. Lo que dice y lo que no dice
  2. Que  detecte sus emociones
  3. Que no juzgue
  4. Que se ponga en sus zapatos,  con las experiencias anteriores que tiene Pablo, con sus creencias, con sus circunstancias
  5. Y que se tome su tiempo

Hoy nos hemos centrado en el jefe de Pablo, otro día nos centraremos en Pablo,  en ¿para qué Pablo no habla con su jefe?

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Cómo saber si soy una persona PAS (II parte)

Por Arantza Ríos

Desde que Susana supo que era PAS su vida cambió. Se encontró más consigo misma, descubrió cosas que le hicieron sentirme más segura y fue una Susana más plena, con más recursos, más completa. Se puso manos a la obra y empezó a aprovecharse de ese don que tenía por ser PAS.

Fue más consciente que nunca de cómo le afectaba el stress y buscó todos los recursos a su alcance para hacerle frente, vencer el stress fue una de sus principales batallas. Se dio cuenta de que su familia, sobretodo sus hijos que derrochaban alegría,  era una fuente de energía y una vacuna antistress, por lo que trataba de pasar todo el tiempo que podía con ellos. También, descubrió situaciones y escenario que le reportaban calma y bienestar, como la naturaleza, un paisaje bonito y los entornos rurales. Antes no era consciente de ello y ahora lo iba identificando e iba en su búsqueda.personas-altamente-sensibles

Empezó a darse cuenta de cómo los comportamientos y actitudes de otras personas, hacía ella, le podían influir con tanta fuerza.  Y También, de su preocupación por las personas de su alrededor, para que se sintieran siempre bien y desde entonces, comenzó a verlo como algo natural.

Fue entonces muy consciente de la sensación que le transmitían los espacios, la decoración de un determinado lugar, la posición que ocupaba en una mesa de un restaurante, en una cena con amigos, y procuró, siempre que pudo, aprovecharse de ello y buscar lugares y posiciones que le trasmitían sensaciones positivas.

Aumentó su curiosidad por observar en personas de su entorno, compañeros y amigos, comportamientos y actitudes propios de PAS, llegando a reconocerlas e  identificarlas claramente en algunos de ellos. Hasta ahora, nunca se había parado a pensar en esto y ahora, era capaz de reconocer a otros PAS. Esto le hacía sentirse mejor, se daba cuenta de que no era la única persona así, pero sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no se atrevía a compartirlo con estas personas por miedo a que no lo entendieran y en consecuencia lo rechazaran.

Ya que la empatía era una de sus grandes capacidades, decidió dedicar más tiempo a conversar y a entender a los demás y a prestar más atención a las necesidades de los que la rodeaban. Se convirtió en una persona más cercana y más abierta, aún. Pensaba: “si no lo hago yo, que soy PAS, ¿quién lo va a hacer?”

En alguna ocasión, en la que se ponía de manifiesto su lado sensible y sus compañeros la tachaban de ello, llegó a decirles que eso era debido a que era una persona PAS, aunque todavía no se atrevía a decirlo muy alto por miedo al qué dirán, porque ahora sí que era plenamente consciente de que las personas con menos sensibilidad no lo entienden, porque ellos no lo viven así.

Desde entonces, estaba muy atenta para seguir descubriendo en ella nuevas capacidades como PAS, al mismo tiempo que le restaba importancia a todo aquello que, por su gran sensibilidad, le afectaba negativamente y trataba de disfrutar de su don y compartirlo con los demás. La nueva Susana era una Susana más feliz.

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Cómo saber si soy una persona PAS (I parte)

Por Arantza Ríos

¿Te afectan mucho los ruidos? ¿Te molestan o asustan los portazos? ¿En cuánto entras en la casa de alguien notas que te sientes bien o mal? ¿Te gusta ayudar a las personas? ¿Detectas antes que los demás tanto los buenos olores como los malos? ¿Eres sensible a las etiquetas de la ropa? ¿Te encantan los masajes? ¿No soportas el bullicio de los centros comerciales? ¿Te fijas mucho en los detalles? ¿Toleras mal el stress? Si has contestado que sí a la mayoría de las preguntas, podrías ser una persona PAS (Persona Altamente Sensible).

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Susana descubrió que era una persona PAS cuando tuvo sobre sus manos un test que contenía preguntas todas ellas vinculadas a los sentidos.  Al hacer dicho test, obtuvo un resultado muy alto, y se dio cuenta de que era una persona PAS.

Hasta entonces, ella no sabía que era PAS, ni siquiera que existían las personas PAS. Ese día también descubrió que la forma en que ella vive y siente no se corresponde con ningún tipo de trastorno sino que es fruto de un rasgo de su personalidad. En ese momento, se dio cuenta de  por qué había llorado tanto a lo largo de su vida y de por qué le había resultado tan difícil en muchos momentos intentar vivir de la misma manera que lo hacen los demás. Y es que ella, siempre necesitaba sentirse querida, evitaba por tanto los conflictos y su autoestima era más bien baja.

Llegó a su casa, y compartió con su marido este descubrimiento. Le explicó que las personas PAS son personas que tienen los sentidos más desarrollados que otras, que son capaces de percibir un mayor número de información que la media. En consecuencia, son personas que se cansan antes y que necesitan descansar, con más frecuencia, para vaciar toda la información que van acumulando. Descubrió también, que muchos de los malos momentos que había pasado a lo largo de su vida eran debidos a su personalidad. Una vez descubierto esto lo primero que hizo fue aceptarlo.

Con los días y al observar a su alrededor, se dio cuenta de que su marido era también una persona PAS. Destacaba en él una capacidad de intuición muy alta, en cuanto veía a una persona en seguida se daba cuenta del estado en el  que se encontraba, si estaba preocupado por algo, si estaba triste, contento, etc. Era una persona muy sociable, le encantaba interactuar con otras personas y le importaba mucho que los demás, sus amigos, su familia, etc., se sintieran bien. Se preocupaba por el bienestar de ellos. Además le encanta a ayudar a los demás.

Siguió observando y se dio cuenta de que su hija también tenía características de persona PAS. Le encantaba la naturaleza, los animales y especialmente su perrita mestiza Pepa, que tenía apadrinada en una protectora de animales. Siempre pensaba en los demás y enseguida sentía pena por aquellos que veía que estaban indefensos. Si en el colegio se metían con algún compañero rápidamente ella salía en su defensa.

Resulta que había pasado de no saber que existían personas PAS, a descubrir que ya conocía a tres, incluida ella. Y es que las personas PAS pueden ser tanto hombres como mujeres y por supuesto, también niños. Es un rasgo de la personalidad hereditario, y en su caso, de esta forma se había comportado.

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Con la salud no se juega. Cuídate

Por Arantza Ríos

¿Eres de los que desayunas un café bebido, después comes ligero -una ensalada o un sándwich-, te quedas trabajando hasta tarde en la oficina, con un montón de reuniones, llamadas, etc. y cuando llega la hora de la cena devoras?….pues resulta que para esta aventura que es vivir disponemos solamente de un cuerpo que deberíamos cuidarlo como eso, como único. ¿Lo estás haciendo tú?

Recientemente, he visto a mí alrededor varios casos de personas que, llegando a los cuarenta, están comenzando a tener problemas de salud relacionados con el sobrepeso, con el estómago, el colesterol alto, hipertensión, problemas de caderas (por la vida sedentaria), contracturas musculares, etc.

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Muchos de ellos tienen trabajos muy demandantes, están sometidos a situaciones de tensión y por falta de tiempo, no le proporcionan al cuerpo ni el descanso ni los nutrientes, ni la actividad que necesita. Creo que merece la pena tomárselo en serio y prestar a la salud la atención que merece. Con la salud no se juega.

Afortunadamente la salud empieza a ser un tema sensible en las empresas y algunas ya lo están incorporado dentro de los programas de formación de sus empleados. Las empresas también quieren personas sanas.

Con el objetivo de ayudaros en esta aventura “saludable” os planteo algunas recomendaciones relacionadas con la alimentación y con la vida sedentaria.

Respecto a la alimentación son de vital importancia dos temas:

  1. Vigilar la cantidad de alimentos que consumimos, con esto haremos frente al sobrepeso. Pero no te saltes ninguna comida principal.
  2. Que lo que comamos sea de calidad y equilibrado. Para ello es importante saber qué función tiene cada nutriente: las proteínas son los ladrillos del organismo, los hidratos de carbono y las grasas son el combustible, y las vitaminas y los minerales son el lubricante que regula el buen funcionamiento del organismo. La calidad tiene que ver sobre todo con las grasas; no deben tomarse en exceso, porque conducirían al sobrepeso. Asimismo, hay que evitar aquello que aumenta el colesterol: fritos, embutidos tipo mortadela, mantequilla, quesos curados, etc.

En lo referente a la vida sedentaria, como todos ya sabéis hacer una actividad física diaria es lo más recomendable para nuestro bienestar. ¡Enhorabuena a los que lo tenéis incorporado como un hábito de vida! Para el resto, aquí van algunas recomendaciones sencillas, que los médicos sugieren: subir las escaleras de casa andando; si la distancia lo permite ir andando a la oficina o bien utilizar el transporte público; si vas en metro sube y baja las escaleras o bien bájate una o dos paradas antes, y haz este recorrido andando. Por último, realiza ejercicios de estiramiento, los puedes hacer en la propia silla de la oficina y date un paseo de 20 minutos después de una comida sana. ¿A cuál de todas ellas te apuntas?

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