Por Arantza Ríos

Tenía que seleccionar a una persona para mi equipo y la última vez que lo había hecho había tenido una mala experiencia, tan mala, que casi me cuesta el puesto.

Para mí, la dificultad no estaba tanto en descubrir las capacidades técnicas del candidato sino en la parte personal. Saber cómo era realmente esa persona, ese era el reto.

Anduve algunos días dando vueltas sobre qué podía hacer. De repente, algo me hizo clic y me acordé que precisamente, en los procesos de coaching, el objetivo de la primera sesión es “conocer a tu coachee” y eso es precisamente lo que yo quería: “conocer a mi candidato”. Así que me dije: “utiliza en tu entrevista el mismo esquema que utilizas en la primera sesión de coaching, y así lo hice.

Este es el esquema que seguí y algunas de las preguntas que me resultaron más útiles:

Generar contexto:

  • Presentarme
  • ¿Qué sabes de la empresa?
  • Explicarle al candidato la compañía y la posición

Conocer al candidato:

  • Su trayectoria profesional a través de preguntas tales como: ¿Qué empresas has trabajado y que te han aportado? ¿Por qué has cambiado de empresa?
  • Su situación actual: ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos?
  • Feedback de tus jefes y equipos: Si preguntara a tus jefes/equipos, ¿qué me dirían de tÍ?
  • Autoconocimiento: ¿Qué te falta en tu situación actual? ¿Cómo te definirías? ¿Qué es lo que más te gusta de ti y lo que menos? ¿Cómo describirías a tu jefe ideal?

Conocer su interés y su opinión sobre su preparación para el puesto. Para ello utilicé las siguientes preguntas:

  • Del 1 al 9, ¿Cuánto te gusta el trabajo? Si por ejemplo me contestaban que 7, les preguntaba: ¿y que tendría que tener para que fuera un 9?
  • Del 1 al 9, ¿Cómo de preparado estás para asumir la posición? y ¿qué te falta para el 9?

Cierre:

¿Hay alguna pregunta que quieras hacerme?

El resultado fue  muy positivo. A diferencia de otras entrevistas que había hecho anteriormente, en esta ocasión la conversación fue mucho más fluida, fueron los candidatos los verdaderos protagonistas, quienes estuvieron hablando la mayor parte del tiempo sobre ellos mismos, mientras yo, como buen coach, escuchaba activamente.

De esta forma descubrí de mis candidatos una larga lista de características de su personalidad,  sus juicios, sus creencias limitantes, sus miedos, sus gustos, sus emociones vividas, etc.

Uno de ellos me dijo: “con sus preguntas me pilla”, pues tenía dificultad para responderlas. Seguramente no había reflexionado antes sobre ello.

Al preguntarles ¿Qué crees que me diría tu jefe y/o equipo si les preguntará por ti? A algunos no se le ocurría ninguna respuesta, sin embargo, hubo un candidato que identificó una larga lista tanto de puntos fuertes como de áreas de mejora, lo que me puso de manifiesto la gran diferencia de su propio autoconocimiento, de los distintos candidatos.

Para mí, fue una gran palanca en el proceso de selección, así que os lo recomiendo.

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