En el día a día me encuentro que cuando alguien busca nuevas oportunidades laborales, su primera preocupación es el curriculum.
Ana, me gustaría que revisaras mi curriculum
Eso suele ser la primera petición que la gente hace. Y mi pregunta siempre es:
¿y qué es lo que te gustaría conseguir?
Buena pregunta, la verdad es que no lo tengo claro
Pues sin que definamos que queremos, no podemos evaluar como de bueno o malo es el curriculum.
Por tanto la gran pregunta es, ¿qué quiero hacer con mi vida?
Hay ejercicios que usamos en coaching que ayudan a esto, pero os quiero contar algo que he leído en días recientes.
Un profesor de psicología de Harvard, Daniel Gilbert, ha descubierto que nuestra capacidad de predicción de lo que nos gustaría ser o hacer es malísima.
Hay veces que mitificamos determinados roles, puestos, profesiones, y luego resulta que lo que nosotros pensamos es completamente diferente a la realidad. El típico caso del que llega a Director General y una vez ahí, piensa , pues esto no es lo que yo había imaginado, ni veo a mi familia, ni tengo tiempo libre y estoy al borde del infarto.
O el típico que quiere ser emprendedor y tener su propio negocio y cuando se lanza se da cuenta que el stress es tan grande que no le deja dormir.
O aquel al que le encanta la fotografía, deja su trabajo, y se da cuenta que más que hacer fotografía que es lo que le gusta, tiene que estar buscando clientes e intentando vender, que no es precisamente igual que estar haciendo fotos.
Gilbert descubrió que para incrementar nuestra capacidad predictiva en un 30 a 60% sobre nuestra propia auto reflexión, tenemos que utilizar lo que él llama la técnica de la subrogación, que consiste simple y llanamente en identificar personas que realizan el trabajo que deseamos, hablemos con ellas y les preguntemos en qué consiste su día a día.
Me ha resultado bastante chocante leer esto porque en carreras hablamos de las entrevistas informativas , que es algo parecido , identificar a gente con la que hablar que nos cuente de su trabajo y de su empresa, pero el objetivo de estas entrevista es entender un trabajo para customizar nuestro pitch, nuestro CV y para entrar en el radar de alguien.
Esto amplia la importancia de estas conversaciones, no solo nos sirve para entender como nos tenemos que “vender” si no también para validar si eso es lo que queremos o no.
Me alegra descubrir que esta técnica tenga una base científica.
Ya no hay argumento posible para no seguirla.
Merece la pena.
Embarcarse en algo que luego descubrimos que no es lo nuestro tiene un gran coste, profesional y emocional.